La manifestación
de la cultura no es un discurso despolitizado.
Hoy mas
que nada el trabajo político es mas importante que la afirmación cultural.
Acaban
de asesinar a una madre de cinco y algunos estarán mas comprometidos con
pintarse la cara de calavera.
Lo digo
porque se aproxima el carnaval de Calaveras.
Duele
tanta mentira, la compra-venta de tanto olvido, tanto desprecio y evasión de la
realidad, tanta discapacidad humana.
Se
aproxima el dia de los muertos y la celebración se volverá fanfarria.
Veré como
en el barrio se pintaran las caritas de calavera y harán un montaje cultural
aberrante –
Y digo
aberrante porque se desligaran de muertes mucho mas importantes que la celebración
de la muerte como fetiche desarticulado de la viva historia.
Ese dia
van a celebrar el dia de los muertos olvidándose de tu muerte Valeria.
Y no
por fungir la voz moralista, que estoy lejísimos de serlo ni mucho menos lo
quiero ser.
Pero me
dará vergüenza ajena esa falta de respeto, esa falta de conciencia, esa
facilidad por despolitizar algo tan místico el luto humano que es la muerte.
Y mas
aun la propagada por el corto imperio.
Se
desbordara la fascinación del capital gringo por mercantilizar la vida, la
muerte y hasta el recuerdo de ellas.
Otra
devoracion cultural mas, otra compra-venta de nuestra propia memoria, y mas
triste será ver esa fanfarria.
Otra
cosa seria montar la muerte en la sede de la patrulla fronteriza.
Devolverles
el odio aunque sea discursivo y nuestras balas sean gritos y palabras
enrabiadas.
Reapropiarnos
de toda uso de nuestra cultura, volverla protesta, volverla historia viva y
devolverle la dignidad al recuerdo colectivo.
Otra
cosa seria.
Otra
cosa.
Otra.
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