Nos olvidamos del mar demasiado
Mas sus aguas nos hacen recordar
o enfrentar
como fantasmas de casas perdidas
lo presente del pasado
La silueta del Pacifico
Me vio crecer y rumio conmigo
Mis descontentos, mi rabia interna
Que sigue incontenible
En mi
Esas aguas doradas
de sol y de plata nocturna
le cantaban la memoria
viva y altanera al tatita
que ocupo mi cuerpo
Le decían duerme,
recuerda, aliméntate, solloza
y encuentra refugio que la vida
será larga y placentera
y además dolorosa
jueves, 24 de febrero de 2011
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